Angus, tienes la mirada sucia

En este caso,hay un par de comportamientos que me parecen observables. Ya sabéis que no soy un gran especialista en toxicomanías, aparte de alguna moña que otra, pero espero que alguno de forma anónima pueda rebatir o compartir su punto de vista sobre lo que digo, que en ningún caso trata sobre enjuiciar las drogas, su consumo....en este tema valoro más la libertad de cada uno a hacer lo que estime que los daños que pudiera causarse (si se los causa a los demás, es un juez el que tiene que juzgarle).

El consumo de drogas tiene una etiqueta social. La gente queda para pillar, para ir al servicio, (ahora me explico por qué las chicas van siempre juntas al baño!!!), para tomar unas copas, fumar unos canutos... el consumo individual, en tu casa, se ve como estar completamente enganchado.

El comportamiento que me parece curioso, es lo sólo que te quedas cuando la fiesta se acaba y te ha sentado todo mal. O tus amigos están peor que tú, o son amigos ocasionales que te parecieron fantásticos un par de horas antes. No sueles llamar, y menos en ese estado, y si la fiesta es fuera de tu casa, como en el caso de Angus, ni te cuento.

Esto pasa en otros ambitos de la vida, hay gente que dice, que los amigos de verdad son los que están ahí cuando vienen los momentos difíciles, y los de pasarlo bien son conocidos. No estoy totalmente de acuerdo con esto (recordad a Aristoteles, tus problemas aburren a tus amigos y alegran a tus enemigos).

Pero en lo que sí que estoy de acuerdo es que tienes que identificar, etiquetar correctamente a la gente (en la empresa estariamos hablando de clientes, proveedores, partners), y más en estos tiempo de crisis, para no pedir o necesitar del acompañante incorrecto.

Muchas empresas se han ido a la quiebra después de la borrachera inmobiliaria, algunas por un exceso de cocaina que las ha provocado meterse en demasiadas fiestas, hasta que se han colapsado, otras simplemente, estaban tranquilas porque creían que cuando las cosas se pusieran malas su empresa amiga (bastante más mayor y con experiencia), las iba a llevar a casa, y lo que ha hecho es quitarse del medio cuando ha venido el marrón.

Por eso es importante identificar con quién correr riesgos, y sobre todo valorar las consecuencias si todo sale mal, a la hora de afrontar un negocio.

El otro comportamiento requiere ver la foto de Angus. Tiene que ver con las apariencias y en la capacidad de observación. Cuando el celador nos pregunto la primera vez, le dije que nosotros tres estabamos juntos, mi hermano Raúl, mi madre y yo. Raúl y yo somos bastante morenos, y mi madre y Angus se parecían bastante más (ver foto).

Por eso el celador no se resistió a preguntarle de nuevo a mi madre si era familiar. Le daba igual que yo se lo hubiera dicho.

Seguramente si el celador se hubiera fijado en la Cruz de Caravaca (bastante autóctona), podría haberla descartado.

La realidad es que solemos guiarnos por una primera apariencia, pero es importantísimo, y más cuando hablamos de personas, analizar de forma correcta toda la información. Hay lenguaje no verbal, indicios...muchas cosas que no podemos pasar por alto si no queremos emitir un juicio erróneo, en este caso inofensivo, pero que en otros casos nos pueden llevar a tener ciertos prejuicios, que gestionando personas no podemos permitirnos.