miércoles

ANGUS - TIADO

Después de un fugaz paso por el hospital, me llevé algo en claro.

Angus está muy mal. El pobre chico se tiro en el pasillo de la zona de urgencias agonizando casi 2 horas, se movía lo mínimo imprescindible y cuando lo hacía se retorcía en silencio.

El silencio era llamativo, sobre todo comparándolo con el ensordecedor ruido de un lunes en urgencias (los comentarios por allí son, que la gente espera a ir al médico a que se acabe el fin de semana), hasta que un médico bastante malhumorado le preguntó si iban a venir a buscarle y que se fuera vistiendo en un español bastante alto (ya sabéis, los españoles, cuando queremos que nos entienda gente que habla en otro idioma es lo único que tenemos que hacer (ejemp. TORTILLA, TORTILLA ESPAÑOLA, HUEVOS, ACEITE, RICA, RICA.....)

Lo bueno de los gritos es que te enteras mejor que leyendo en los labios. El pobre de Angus se había pasado, no sé cuantas drogas ni cuales, pero el coctel de medicinas que le habían dado en el hospital le estaba haciendo efecto, y casi no podía, de los temblores que tenía, ponerse la camiseta. Un mono acelerado en toda regla. Estaba bien jodido. Pero el hospital necesitaba su camilla, así que ....

Un celador lo acompañó a nuestra zona. Inmediatamente un señor se apartó todo lo que pudo, como si fuera un apestado. El celador preguntó si algunos eramos familiares suyos, y cuando le dijimos que no, volvió a repetir la pregunta, como si con insistencia lo fuéramos a adoptar.

Nadie vino. Angus aguantó un rato más allí sentado y cuando cogió un poco de valor, se levantó y salió del hospital.




Ahí está Angus, con mi madre al lado.

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