viernes

SEMANA DEL OCIO

Y para acabar la semana (hoy es el día de la moqueta, menos mal que mañana vuelve la tranquilidad), una buena noticia para mi. El premio que le han dado a Santiago Auserón.

Desde su primera canción hasta hoy, sigue siendo el músico español que más me ha influenciado. Sólo lo he visto en directo dos veces, una como Radio Futura, y lo nostalgio bastante, la verdad.

Ahí va la primera vez que le vi:


Yo me sentía un electroduende....

Y las posteriores:




La teoría de los atunes.....;-)

2 comentarios:

  1. Seguramente todo el mundo conoce un empresario, porque los hay a millones, desde los más grandes con empresas de dimensiones planetarias hasta los más humildes trabajadores autónomos. Lo que será más difícil que conozcan es a un empresario con problemas de autoestima. En cualquier faceta de la vida, todo el mundo se cree el mejor en lo suyo, y no podía ser menos en este tema. La mayoría de los empresarios, por sus propias palabras, son unos auténticos prodigios de la gestión, forjados a sí mismos, a base de trabajo y genialidad, aunque su negocio sea modesto hasta parecer cutre o cutre hasta dar vergüenza ajena.
    El empresario debe ser siempre un referente en la sociedad, un modelo de humildad y esfuerzo para el resto de los trabajadores, y sin embargo, suele convertirse en un icono de admiración o de odio gracias a su actitud. Lo primero es malo, porque no motiva (un ídolo es algo demasiado lejano para crear un modelo de conducta); lo segundo es peor, y sobran las explicaciones. Ahora bien, el pasado viernes tuve la ocasión de conocer a uno que no encaja es estos perfiles, y digo conocer porque tuve la ocasión de saludarlo personalmente, precisamente cuando nos ibamos del bar de copas donde rematabamos (unos más que otros)una celebración intensa elaborada con esmero, (retomo que me desvío), allí estaba atabiado con un Jersey y una chaqueta, en la puerta del local, despidiéndonos amablemente uno por uno y agradeciendo nuestra asistencia; he ahí la excepción que confirma la regla, he ahí el ejemplo, el espejo, el gesto sencillo y enorme a la vez... David, ¡tienes un gran Jefe!

    Gracias por todo.

    Caravistero de guardía

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  2. Algún día le haré a Gerardo la entrada que se merece.....seguramente cuando no trabaje para la misma empresa ;-)....aunque , quién sabe....

    Un abrazo

    David

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